Lo que nos inspira: Nuestra Filosofía
"Dime y lo olvido, enséñame y lo recuerdo, involúcrame y lo aprendo." -Franklin.
Al depender nuestras prácticas pedagógicas de los aspectos filosóficos en torno a significados de lo que es un niño, como piensa, siente y aprende, declaramos que:
Consideramos que el ser humano tiene la disposición de aprender. Por tanto, concebimos el aprendizaje como un proceso espontáneo, natural y autónomo de cada quien; que se gesta en la constante (repetitiva) interacción de la experiencia individual y social. Por ello, propiciamos para nuestra labor formativa, la integración de un equipo interdisciplinario de altas calidades académicas y morales, ambientes con aulas inteligentes y materiales adecuados, que faciliten la experimentación y la lúdica (contacto con los sentidos).
Estamos convencidos que el aprendizaje que logra un ser humano no es un proceso de “todo o nada”, sino que éste se logra construyendo sobre el conocimiento (experiencias) que ya posee. De allí la necesidad de vincular el plano social con el individual, mediado por instrumentos para la autoformación y evolución de los procesos psicológicos superiores como son el pensamiento, la capacidad de análisis-síntesis, la argumentación, la reflexión o la abstracción, entre otros.
Otorgamos especial consideración a los ambientes acondicionados para que el niño desarrolle su actividad en forma espontánea y natural, este ambiente se caracteriza por contar con mobiliario y materiales hechos a la medida del niño y con características de forma, color, textura y sencillez particulares; todos ellos a su disposición.
Al hablar de formación integral suponemos igualmente cultivar la unidad con diferentes dimensiones. Además de la psiquicas y sociales, también apreciamos las corporales. Valoramos los resultados de las neurociencias, la genética y la psicología del desarrollo, en los que se indica que el movimiento y la potenciación sensorio-motora y físico-muscular influyen -especialmente en la edad temprana- de manera notoria en la evolución y plasticidad del cerebro y sus procesos mentales de pensamiento y conciencia.
De igual manera, consideramos que la formación integral no se agota en el espacio escolar, y por tanto, ésta involucra la acción conjunta y armónica de la familia y el colegio.